lunes, febrero 14, 2011

Parauribismo/ San Miguel, Putumayo
Paramilitares masacraron a cinco personas, entre ellos una niña, en una zona fuertemente militarizada
Por Camilo Raigozo

Varias organizaciones sociales, entre las que se encuentra la Mesa de Organizaciones Sociales, Campesinas Indígenas y Afrodescendientes, denunciaron el atroz crimen de cinco personas, entre ellas una niña, por parte de paramilitares.

El doloroso hecho ocurrió al medio día del pasado 11 de febrero en la vereda Dios Peña, municipio de San Miguel, Putumayo, cuando varios sujetos irrumpieron violentamente  y con sevicia degollaron a Luz Marina Roa Alfonso, de 59 años, Luz Mery Roa Roa, de 35 y Sorith Juliet Alfonso Roa, de tan solo 5 años de edad.

Los criminales también asesinaron con arma de fuego a los hermanos Erazo Rodríguez, trabajadores agrarios. Un tercer campesino logró escapar. Según información de la Defensoría. estas personas habían llegado procedentes del Valle del Cauca a trabajar a la finca de la familia Alfonso Roa.

La zona donde la estrategia paramilitar del régimen continuó anegando de sangre el territorio nacional está fuertemente militarizada por tropas de la Brigada 27 Selva, la Fuerza Naval del Sur y el Grupo Mecanizado  José María Melo.

La Defensoría mediante el Sistema de Alertas Tempranas ya había advertido sobre el riesgo para los pobladores de las zonas cercanas a La Dorada y de las veredas Tres Islas, El Afilador, San Antonio del Comboy, Dios Peña, El Maizal, Chiguaco, Palmira Mandur, La Floresta y La Cabaña, jurisdicción del corregimiento de Puerto Colón.

Igualmente había advertido el alto riesgo corren los indígenas de los Pueblos Kofán e Inga los cuales conforman el Resguardo Yarinal San Marcelino.

No obstante los homicidios selectivos, masacres, retenciones ilegales, secuestros,
restricciones a la libre movilización, desplazamientos forzados y  reclutamientos, por parte del autodenominado grupo paramilitar “Los Rastrojos”, continúan a la orden del día.

Las comunidades, organizaciones sociales y defensoras de los derechos humanos, rechazaron la brutal masacre y exigieron que se investiguen los hechos con la mayor celeridad posible, lo mismo que los abusos de las tropas del Estado y la connivencia que estas mantienen con los ‘paras’.

Del mismo modo les solicitaron a las organizaciones sociales y de derechos humanos nacionales e internacionales, que vigilen con celo las investigaciones y que sean ellas mismas quienes con su presencia en los lugares de los crímenes, corroboren y denuncien la presencia paramilitar que actúa con plena libertad en zonas densamente militarizadas.


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