domingo, abril 11, 2010

Seguridad narcocrática/
Atentado contra mujer desplazada que denunció el “falso positivo” contra su esposo
Por Camilo Raigozo

La Corporación Claretiana denunció el pasado 10 de abril el nuevo atentado contra la vida de Carmen Leonor Roa, cuyo esposo fue asesinado por miembros del Ejército el 23 de enero de 2005 en la vereda La Pradera, inspección Arizona, municipio de Puerto Caicedo, Putumayo.

Ese día Arnolodo Naranjo Ramírez, esposo de Carmen Leonor Roa, había salido en horas de la mañana en compañía de uno de sus trabajadores y una mula a llevar una carga de chontaduro para la ceba de unos cerdos.

Al cruzar el río Picudo, tropas del Ejército salieron de entre los matorrales y de un solo golpe tiraron a su futura víctima al piso y lo golpearon con el mismo machete que él llevaba.

En horas de la tarde los uniformados dejaron libre al trabajador, pero a Arnoldo Naranjo procedieron a retenerlo. Al día siguiente por las emisoras del Ejército informaron que un “guerrillero del frente 32 de las Farc de nombre Arnoldo Naranjo Ramírez había sido dado de baja”.

El 25 de enero, dos días después, Carmen Leonor se encontró con el trabajador testigo de la retención de Naranjo, quién le informó lo sucedido con el agravante de que los militares preguntaban por ella de manera insultante.

Por el peligro a su seguridad y las condiciones de la región, Carmen Leonor pudo hacer el denuncio del crimen solo hasta junio del mismo año. Según la fuente, la Corporación Reiniciar informó a la procuraduría y tras ello varios uniformados fueron llamados a dar declaraciones.

Roa regresó a su finca en el mes de julio ubicándose en la casa de una vecina, pero a los cinco días llegó el Ejército averiguando por ella de manera soez y señalándola de guerrillera.

En esa ocasión se salvó porque coincidencialmente en esos momentos se encontraba en su finca vacunando a una res y fue alertada por un amigo de otra vereda que se dio cuenta del peligro.

Inmediatamente con su hijo de siete años Carmen Leonor emprendió el desplazamiento huyéndole a la muerte, atravesando la selva hasta llegar a donde un amigo de una vereda distante, donde permaneció hasta que se supo que el Ejército había salido de las vecindades de su finca.

Luego volvió a la casa de su vecina enterándose más profundamente de los acontecimientos. Al ver que no había garantías para su vida y la de sus hijos tuvo que buscar refugio en San Vicente del Caguán, Caquetá.

Allí permaneció hasta el año 2007 pero nuevamente tuvo que desplazarse hasta la vereda La Carmelita, municipio de Puerto Asís, Putumayo.

Estando en ese sitio decidió seguir adelante con el proceso por la muerte de su esposo, para lo cual se contactó con una funcionaria de la Fiscalía quién la citó en Florencia, Caquetá.

En el recorrido fue alertada por una sobrina de que unos hombres la estaban ubicando para asesinarla. “Tia, piérdase que la van a matar”, le dijo detallándole como se había enterado de los planes.

Ante el peligro Carmen Leonor se dirigió inmediatamente al CTI de la Fiscalía en Puerto Asís donde denunció los hechos, encontrándose con los oídos sordos de los funcionarios.

Entonces se comunicó con la funcionaria de la Fiscalía de Florencia con quién tenía la cita y esta le gestionó una escolta hasta Puerto Caicedo, la cual le fue negada por el comandante Alberto Blanco, quién adujo que los carros estaban ocupados, y que se demoraban “un resto”.

Así que sin más alternativas se transportó en taxi hasta Florencia a cumplir la diligencia. Después de gestionar las denuncias pertinentes buscó refugio en Bogotá, donde les solicitó a las autoridades los beneficios que supuestamente le otorgaba el Estado por ser persona desplazada.

Ante la negligencia del régimen y la situación caótica por la que estaban pasando junto con sus hijos, se vio obligada a regresar a su finca, lo cual ocurrió en mayo de 2008, pero ante el inminente peligro salió de forma urgente hacia Puerto Asís.

El 25 de agosto del mismo año, en Puerto Asís, dos sujetos que se movilizaban en una moto, llamándola por su apellido la abordaron y le dijeron, “Hijueputa, súbase a la moto”. Ella siguió caminando, mientras los tipos siguieron insultándola.

“Déjela Gúevón, ya sabemos que está aquí”, le dijo uno de los sujetos a su cómplice. Roa acudió inmediatamente a la personería y denunció lo sucedido. La personera comenzó a hacer gestiones con la alcaldía y la Cruz Roja para su salida de allí.

De esta manera la Cruz Roja Internacional, le dio el pasaje para Bogotá, donde permaneció refugiada por un tiempo hasta que los asesinos la encontraron nuevamente. En marzo pasado una desconocida se bajó con ella de la buseta y le dijo: “Pilas, regrésese que la están siguiendo”.

Ella informó a la Fiscalía en Cali, donde recibió los despojos mortales de su esposo después de tres años de una larga lucha.

El día 25 de Julio de 2009, a las 9:10 de la mañana, Carmen Leonor Roa, salió de su vivienda hasta una sastrería en el barrio La Estancia, en Bogotá, a recoger unas prendas.

Como a las tres cuadras un hombre alto, delgado, de tez morena, cabello crespo, ojos negros, la cogió por el cuello de la chaqueta y de la cintura, queriéndola arrastrar hasta un taxi donde esperaba otro sujeto.

Ante la resistencia que opuso Carmen Leonor, el tipo la golpeó y mientras esto hacía le gritaba, “gran puta, se acuerda de su querido picudo”, haciendo referencia al río donde fue asesinado Arnoldo Naranjo Ramírez, su esposo, víctima de Ejecución Extrajudicial, mal llamada falso positivo..

Un caballero que providencialmente caminaba por la misma acera le gritó al agresor, “no sea canalla, a las mujeres no se les pega”. El criminal ignoró al valiente ciudadano quién acudió a coger al sujeto, así Carmen Leonor logró soltarse y correr hasta un almacén.

El miércoles 7 de abril de 2010, a las 10 de la mañana en el barrio Castañeda de Ibagué Tolima, cuando Carmen Leonor Roa se encontraba en compañía de su hija menor en la puerta de la casa donde reside, tratando de prender su motocicleta para hacer una diligencia un sujeto le disparó en varias oportunidades. Afortunadamente ningún disparo dio en el blanco.

Ella saltó de la moto y con su hija se escondieron en el interior de la vivienda. Al medio día los vecinos observaron a dos hombres extraños pasar varias veces alrededor de la cuadra mirando detenidamente hacia la casa y la descripción de uno de ellos corresponde con la de un hombre alto, de tez negra que portaba una chaqueta café.

Carmen Leonor Roa es defensora de derechos humanos y pertenece a la Asociación de Mujeres Demócratas por la Paz, Asodemuc.

Se había desplazado a la ciudad de Bogotá en el 2008, de donde tuvo que huir a Ibagué por el inminente peligro contra su vida y la de sus hijos, desde antes y después del asesinato de su esposo a manos de miembros del Ejército.

El crimen fue denunciado por ella, lo cual condujo a la detención de cuatro militares, los cuales salieron en libertad en noviembre de 2009 por orden de un juzgado en Puerto Asís Putumayo.

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