jueves, marzo 19, 2009

“Campaña racista de las elites uribistas pretende tumbar al personero de Bogotá”

El personero de Bogotá Francisco Rojas Birry le contesta al periodista Daniel Coronell y a sus detractores. A continuación transcribimos la misiva de Rojas en su integridad:

Estimado doctor Coronell.
Reciba un cordial saludo.

Con sorpresa e indignación leí su columna publicada en la pasada edición de la revista Semana, titulada “Renuncia demorada”, en la que hace usted temerarios acusaciones contra mí y me pide la renuncia al cargo que he venido desempeñado a favor de los derechos humanos, la transparencia administrativa y el ministerio público.

Soy un indígena embera del Alto Baudó, criado en la selva chocoana, educado en Quibdó, Medellín y Bogotá, que se ha hecho a pulso, sin padrinazgos, ni mecenas, rompiendo muchas barreras, entre ellas la discriminación y la exclusión de muchos sectores poderosos de la capital, que nunca aceptarán que los hombres del pueblo, que defienden los derechos de los indígenas, los afro colombianos, las minorías étnicas, sexuales, religiosas y políticas logren cargos de mando.

Así ha sucedido siempre. Una sociedad cerrada y excluyente como la nuestra, con medios de comunicación en poder de unas pocas manos, mira a los indígenas, a los negros, a los homosexuales, y a los hombres y mujeres de la izquierda democrática como bichos raros, como seres intergalácticos, a quienes desconoce, ataca y sacrifica a diario. Es la historia de Piedad Córdoba, es la tragedia del indio Rojas Birry. Es el drama de las minorías.

Soy un hombre del pueblo que ha conocido la pobreza y las injusticias y ha luchado contra ellas desde la legalidad. Defendiendo la Constitución que ayudé a redactar, con las leyes que contribuí a aprobar en el Congreso de la República.

Superando la más cruel guerra sucia contra un ser humano, liderada por mis enemigos políticos y los grandes medios de comunicación que me presentaron como un cavernícola y un atrabiliario, en una campaña llena de improperios y desleatades, incluso de quienes supuse por años mis amigos, con mucho esfuerzo y dedicación, y gracias a mis propuestas, logré ser elegido Personero de Bogotá.

Desde hace poco más de un año la ciudad me ha visto luchando con altruismo y templanza por la construcción de una ciudad de derechos, sin falsos positivos, en donde se reconozcan los derechos de los desplazados, los perseguidos, las minorías. Una ciudad en donde la Constitución Política no sea letra muerta. En donde la tutela viva y la gente se sienta protegida.
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Una ciudad con un medio ambiente sano, con un río Bogotá recuperado, con funcionarios honestos y responsables que dignifiquen la administración pública, y en donde las autoridades judiciales y policiales respeten al ciudadano.

El balance del primer año de gestión es muy positivo. Pero esos logros, han sido empañados por los ataques personales que vienen haciendo los medios de comunicación, como la revista Cambio, Semana, la W Radio, Noticias Uno, que me han condenado y piden la incineración pública del indio Rojas Birry, por unas supuestas grabaciones en las que se menciona mi nombre y la dirección de mi residencia, y se me relaciona con el caso DMG.

Las explicaciones que he dado han sido ignoradas o tergiversadas. Cada entrevista que he ofrecido ha sido descalificada y mis palabras han sido objeto de duda. Hay, doctor Coronell, un afán por separarme del cargo, por humillar al indio Rojas Birry. Mientras a los funcionarios de la Casa de Nariño o los gobernadores y alcaldes que han sido relacionados con DMG se les reconoce el principio de la presunción de inocencia, a mi se me niega el derecho a la duda. Soy culpable y punto.

Reitero que no he sido socio, ni inversionista de DMG, y desconozco las razones por las cuales se me menciona en esas grabaciones. En mi condición de ciudadano común y corriente, conocí al señor David Murcia, al igual que miles de personas que asistieron a un encuentro de capacitación de alcaldes y gobernadores electos, convocado a finales de noviembre de 2007, por la Presidencia de la República, la Esap y la Federación Colombiana de Municipios, en Corferias. Luego, por curiosidad, asistí a su sede en el norte de Bogotá. Hasta ahí mi relación y mis explicaciones al respecto.

Pero esas aclaraciones han dado paso a otra serie de ataques personales contra mi familia, vinculando a mi ex esposa y queriendo demostrar que en efecto sí recibí dineros de DMG, que supuestamente usé para solucionar mis problemas personales. Para desembargar mi casa, y comprar una camioneta nueva. !Qué falsedad!

El desembargo se hizo por una suma de cerca de once millones quinientos mil pesos, y la camioneta se compró con el dinero producto de la venta de una todoterreno Toyota, de mi propiedad, y un crédito personal a nombre de mi ex esposa. ¿Cuál es el delito?
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No pueden convertir en un falta grave tener los mismos problemas y sueños de una ciudadano de clase media, que tiene dificultades económicas y deudas, y con la ayuda de su ex esposa adquiere un bien. Esa ya es una persecución personal, una infamia, un ataque vil contra un ser humano.

No contentos con intentar destruir mi honra y la de mi ex esposa, ahora quieren menoscabar mi gestión como Personero de Bogotá. No es cierto que haya habido compras extravagantes ni inoficiosas.
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Cada decisión administrativa resiste el más escrupuloso examen de los organismos de control, a quienes les he pedido que me investiguen. Son ellos mis jueces naturales y todas mis actuaciones están a su disposición.

Los términos de su artículo en Semana, así como sus informes en Noticias Uno, responden a una estrategia de desprestigio de mi nombre, mi Partido, el Polo Democrático Alternativo, y el Alcalde de Bogotá. Una estrategia que busca el ascenso de las fuerzas políticas que perdieron el poder hace cinco años y no se resignan al asfalto.
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Por los medios de comunicación he sabido que avanza una estrategia llamada “Marcha sobre Bogotá”, instigada por las fuerzas de oposición que pretende recuperar el poder a cualquier precio, incluida mi cabeza.

No hay ninguna indignidad en mi elección, ni en mi gestión. Tiene usted razón, Doctor Coronell, soy un tigre que se defiende con fiereza de los cazadores que disparan sin piedad desde todos lados. Como en los tiempos de la Conquista.

Cazadores acostumbrados a acabar con la honra y la dignidad de las personas, de los indígenas, los negros, los hombres y mujeres de izquierda democrática.

Cazadores que hablan de igualdad y justicia, pero con sus perdigones hieren la democracia y mantienen los privilegios de que gozan unos pocos. Cazadores de honras y dignidades, que quieren ver colgada en sus paredes mi cabeza.

Como ciudadano y como Personero de Bogotá no exijo ninguna garantía diferente a las que me ofrecen la Constitución y las leyes. Tengo derecho a la defensa y a la presunción de inocencia. Iré al Honorable Concejo de Bogotá a dar las explicaciones correspondientes. Soy inocente. No renunciaré a mi cargo, ni me dejaré sacar sombrerazos, en esta cacería de indios desatada por usted y otros medios.

Los indios somos rebeldes por naturaleza. Los tiempos en que nos dejábamos silenciar, humillar, despojar y matar políticamente ya pasaron. Hemos conquistado el derecho a pensar, hablar y a actuar en defensa de nuestros ideales. A ser tratados como humanos, en igualdad de condiciones.

Espero que comprenda el enorme daño que le hace a la democracia y rectifique su actitud hacia mí. Y en aras de la verdad publique esta carta.

Cordialmente,
Francisco Rojas Birry


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