miércoles, septiembre 24, 2008

Y si fuera así de fácil acabar con la coca
Por: Patricia Lara Salive. El Espectador

Cuando leía que desaparecieron 450 paramilitares desmovilizados en el Bajo Cauca antioqueño y que allá aumentaron 50% las muertes violentas, debido a la lucha de Daniel Rendón, alias Don Mario, por el dominio en la zona de los cultivos de coca y de las rutas del narcotráfico;

cuando recordaba a tantos amigos muertos sin necesidad porque se empeñaron en librar esa guerra sin fin; cuando reflexionaba sobre el esfuerzo permanente de Colombia por erradicar unos cultivos de coca que no se acaban porque en el mundo pagan lo que sea con tal de aspirar el polvo blanco,


pensé que convendría que el Ministro de Defensa conociera, si aun no la conoce, la interesante idea que le escuché al presidente de los Jardines Botánicos, Alberto Gómez Mejía, idea que, cuando la expuso, no tuvo eco en el Gobierno.

Según él, existe una mariposa cuya larva se nutre sólo con la planta de coca que contiene cocaína. Los campesinos la llaman “el gringo”, justamente por su “adicción” a la coca. (Gómez explica que, de las 267 especies de coca que hay, dos no más contienen el alcaloide que sirve para producir clorhidrato de cocaína).

Pues bien, la larva de la mariposa Eloria noyesi es la plaga que puede acabar con estas dos especies, la Erythroxylon coca y la Erythroxylon novogranatense, y lograr el milagro de librarnos del tráfico de cocaína, lo cual hasta ahora no se ha conseguido con las fumigaciones de glifosato,


ni con la erradicación manual de las plantaciones de coca, ni con los millones de dólares del Plan Colombia, ni con la asesoría de la DEA, ni con la persecución de la Policía, ni con la inútil muerte violenta de nuestros mejores líderes.

Contaba Gómez que, en mayo de 2005, él le envió una carta al entonces ministro del Interior, Sabas Pretelt, quien presidía el Consejo Nacional de Estupefacientes, entidad que ordena las aspersiones.

En ella le pedía que permitiera buscar para los parques nacionales, en vez de las aspersiones químicas, alternativas de erradicación con controles biológicos, encontradas por los científicos colombianos y nunca utilizadas.

A lo mejor la carta se extravió, pues jamás se la respondieron. Su propuesta consistía en que se cultivara coca en una guarnición militar y se instalara allí un criadero de la mariposa para, después de hacer las confrontaciones científicas que garantizaran que ella no atacaría a las otras plantas, la liberaran en los parques nacionales.

Todo indica que la mariposa se caracteriza porque no ataca a otras especies de plantas; encuentra el cultivo de coca por camuflado que esté y le deposita los huevos de los cuales surgen las larvas que devoran la planta. Además, es barato producirla. (Montar cada criadero cuesta cerca de 55 millones de pesos. Lo que puede resultar caro es su vigilancia, ya que habría que ubicar uno en cada parque).

Cuando se publicó el tema, hubo repercusión en los medios. Pero, al parecer, aquí sólo le interesó a la Unidad de Parques Nacionales, pues todavía hoy, después de más de tres años de haberlo propuesto, Alberto Gómez Mejía está esperando que lo dejen montar su experimento.

Ministro Santos, ¿qué perdería con permitirlo? No se arriesgarían sino cincuenta milloncitos. En cambio podríamos ganar lo inimaginable al eliminar por fin uno de los principales combustibles de esta maldita guerra.


Volver a la página principal


  • "



  • Publicidad
    Paute aquí
    Contáctenos


    Zona comercial