Pequeños productores de leche protestaron en Bogotá contra decretos del Gobierno
Más de diez mil pequeños lecheros venidos de 15 departamentos marcharon pacíficamente por el centro de Bogotá para exigirle al gobierno de Uribe la derogación de los decretos con los cuales los ha condenado al hambre
Por Camilo Raigozo.Voz
Como estaba previsto, el pasado 19 de agosto más de 10 mil pequeños productores de leche cumplieron la cita en Bogotá provenientes de 15 departamentos para protestar pacíficamente y exigirle al presidente Uribe la derogación de los decretos 2838 y 616 los cuales lesionan gravemente su derecho al trabajo y los condena al hambre, al prohibir la comercialización, transporte y venta de leche para hervir, labor de la que derivan su sustento miles de humildes familias colombianas desde hace décadas.
La excusa dada por el gobierno es el supuesto riesgo en la salud de los consumidores, pero la realidad que se esconde es la voracidad del puñado de grandes pasteurizadoras que quieren todo el negocio para ellas exclusivamente. El ministro de Agricultura Andrés Felipe Arias, alias “Carimagua”, ha expresado sin ruborizarse que “los informales son sobrantes en el mercado lechero nacional”.
Las 10 mayores pasteurizadoras facturaron el año pasado 3.33 billones de pesos, sin embargo persiguen que el restante 40 por ciento del mercado, que es el que representan los pequeños productores de leche cruda, también quede en sus manos, lo que están a punto de conseguir con la complicidad del gobierno.
El especialista en el tema, Aurelio Suárez Montoya, manifestó que la Organización Mundial de la Salud, OMS, considera como leche no cruda, tanto a la pasterizada, como a la leche hervida, pero para el gobierno del doctor Uribe solo es apta para el consumo la primera, la del negocio de los oligopolios, que al fin y al cabo es para quienes gobierna, así condene al hambre a miles de pequeños productores que sobreviven de la venta, el transporte y la comercialización en menor escala de leche en cantina.
Uribe gobierna a favor de los ricos
“Lo que se defiende es que se permita la comercialización de leche para ser hervida, pues ha sido un patrón de consumo arraigado especialmente en los sectores populares, que es más económica que cualquier otra presentación y que involucra, como ‘cadena láctea popular’ a decenas de miles de pequeños ganaderos, a más de 20.000 comercializadores, a innumerables industrias caseras de derivados lácteos y a millones de consumidores”, advierte Suárez Montoya.
Según informes de la Asociación Nacional para la Salvación Agropecuaria, en Colombia diariamente son consumidos cerca de dos millones de litros de leche para hervir, los cuales son producidos por más de 40 mil pequeños propietarios y comercializados por otras 20 mil personas.
A esta mano de obra hay que agregarle los empleos generados en el transporte y las cadenas productivas de derivados de la leche, en micro empresas donde intervienen familias enteras, como almojábanas, kumis, quesadillos, arequipes y muchos más.
Al menos un millón de familias colombianas no tendrán la posibilidad de adquirir leche para hervir a 900 pesos el litro y se verán obligadas a consumir la pasteurizada a un costo de más del doble.
Un gran número de personas, la mayoría niños, se verán privados del suministro del vital líquido, gracias a la “visión inversionista a gran escala del gobierno”, que seguirá enriqueciendo a unos pocos y empobreciendo a muchos.
El ministro de Agricultura anunció pocos días antes de la marcha, que aplazaba entre 18 y 24 meses la entrada en vigencia de los decretos, pero los marchantes dijeron que eso era un truco para ir desplazándolos y excluyéndolos de sus actividades mediante los llamados “proyectos de reconversión”, en el afán del gobierno de entregarle todo el negocio al puñado de grandes inversionistas que ya tienen en sus manos el monopolio de la cadena productiva láctea. Foto Gecbogotá