Terrorismo de Estado
Cayeron 7 falsos positivos judiciales contra campesinos
en Chaparral, Tolima
Por: José Antonio Gutiérrez
Después de una maratónica audiencia de ocho horas en el
juzgado de Ibagué, Tolima, han dejado en libertad a siete de los ocho presos de
La Marina.
Edwin Lugo Caballero, Arcesio Díaz, Aycardo Morales
Guzmán, Saan Maceto Marín, Fredynel Chávez Marín, Alexander Guerrero Castañeda
y Armando Montilla Rey han salido libres, tras un año y medio de estar privados
de libertad por el delito de ser luchadores sociales.
Aguantaron incontables penurias, privaciones de toda
clase, enfermedades en la cárcel hacinada e infecta de Picaleña en Ibagué;
sufrieron varias dilaciones en el proceso (la audiencia final, originalmente,-
estaba prevista para finales de Febrero) que los tuvieron
meses de más padeciendo el injusto encierro, dilaciones que además se
convirtieron en una manera cruel de jugar con las expectativas de sus
familiares y amigos.
Pero finalmente, ayer, 12 de Julio, fueron liberados.
Queda aún en la cárcel José Norbey Lugo
Caballero, hermano de Edwin, quien tiene que enfrentar
todavía cargos por rebelión en Chaparral.
Finalmente este burdo montaje judicial ha caído, porque
no se mantenía en pie ni por un segundo. Toda esa batería de testigos prepagos,
de falsos desmovilizados, de evidencias sacadas de abajo de la manga, todo eso
no pudo imponerse en última instancia.
No sólo el trabajo de los abogados que hicieron una labor
judicial impresionante en defensa de los presos, sino que la tenacidad de los
familiares y la solidaridad internacional, desde donde se denunció el constante
abuso contra los campesinos bajo la consolidación militar en el Sur de Tolima,
todos fueron factores que jugaron para que este proceso tuviera un desenlace
feliz.
Dada la naturaleza políticamente motivada del juicio, la
presión política (que incluyó una carta enviada al juez firmada por más de 300
personalidades internacionales) jugó un papel fundamental.
Desde acá, agradecemos a todas las personas que se
comprometieron y ayudaron a los compañeros de La Marina en el Estado Español,
en Francia, en Irlanda, en Suiza, en Túnez y por supuesto en Colombia.
Agradecemos a la Fundación Lazos de Dignidad y a los
otros abogados por su labor este caso. Agradecemos a Astracatol y a Fensuagro
por mantener en alto las banderas de la lucha y la dignidad campesina, y por el
respaldo dado a los familiares.
Agradecemos todos y cada uno de los gestos, de las
contribuciones que hicieron posible que esta comunidad campesina pudiera
sostener esta lucha por liberar a los suyos durante tantos meses.
Hoy nos regocijamos en esta victoria, pero aún falta
mucho para que podamos decir que se ha hecho justicia.
Pues aún no se repara el daño material y moral que se ha
hecho a esta comunidad y a estas familias. Aún no tenemos garantías plenas para
la integridad física y psicológica de los recién liberados.
Aún queda José Norbey vinculado a este proceso, y quedan
cinco personas más de La Marina en la cárcel: Enzo Fabian Ramírez, Vilman
Useche Pava, Wilmer Javier Pérez Parra, Isidro Alape Reyes y Jason Orlando Castañeda.
Aún quedan los presos de Dolores, ocho compañeros de
Astracatol que padecen de arresto domiciliario: Ramiro Bazurdo González,
Guillermo Antonio Cano Borja, Floricel Buitrago Cangrejo, Norberto García
García, Gonzalo Ernesto Pastor Mora, Constantino Mayorga García, José Guillermo
Pacheco Cruz y Edilberto Mayorga García.
También están las tres presas políticas recientemente
detenidas en Ibagué procedentes respectivamente de Limón, Roncesvalles y el
municipio de Colombia en Huila, Isabel Conde, Seferina Cruz y Rubia González.
Aún quedan 9.500 presos políticos en Colombia. Aún esta
comunidad del sur de Tolima sufre constantemente de los atropellos y
arbitrariedades consustanciales a la consolidación militar. No descansaremos
hasta que los campesinos colombianos gocen de libertad, bienestar y respeto a
su dignidad.
Dijimos que los queríamos libres a todos, libres para
organizar, libres para luchar, libres para amar y así será. Ayer se ha dado un
importante paso en esa dirección.
Esta victoria debe servirnos para estrechar los lazos,
para fortalecer la organización sindical y popular de los campesinos, para que
nuevamente volvamos desde a solidaridad a poner los ojos en Tolima, para apoyar
su lucha por la tierra y la zona de reserva campesina, para coger un respiro en
esta larga lucha por la liberación de todos y por una nueva Colombia.
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