Terrorismo de Estado/
Ocho falsos positivos judiciales contra líderes
campesinos en Dolores, Tolima
Por Camilo Raigozo
Ocho líderes campesinos fueron capturados por agentes
represores de la Policía, víctimas de montajes judiciales y de falsos testigos
pertenecientes a la “Fábrica Nacional de Testigos del Ejército Nacional”.
Las nuevas víctimas del terrorismo de Estado son: Ramiro Bazurdo Gonzalez, Guillermo Antonio Cano Borja, Floricel
Buitrago Cangrejo, Norberto García García, Gonzalo Ernesto Pastor Mora, Constantino
Mayorga García, José Guillermo Pacheco Cruz y Edilberto Mayorga García.
Los labriegos son acusados por el Ejército, la Fiscalía y
los medios de comunicación de la oligarquía, como El Espectador, de pertenecer
al Frente 25 de las FARC EP.
Guillermo Cano Borja, es un líder campesino que ha sido
presidente de la junta de acción comunal de la vereda Vegas del Café y
actualmente es miembro de varias organizaciones sociales y políticas, entre
ellas el movimiento político Marcha Patriótica.
Sin embargo el dirigente campesino es señalado por el
Ejército y la dictadura mediática de ser el “cabecilla de la red de apoyo al
servicio del frente 25 de las FARC EP”.
Igualmente ocurre con el dirigente agrario Ramiro Bazurdo
González, quién ha sido varias veces presidente de la junta de acción comunal
de la vereda Montoso, ha liderado varias organizaciones sociales y es miembro
del movimiento político Marcha Patriótica.
El régimen terrorista lo señala como el “segundo
cabecilla de la estructura terrorista y lo sindica de hospedar a militantes, al
igual que cuidar personas secuestradas por el frente 25”.
Por su parte, el dirigente Floricel Buitrago Cangrejo, ha
sido varias veces presidente de la junta de acción comunal de su vereda y
presidente del Concejo del municipio de Dolores.
En el falso positivo judicial contra Buitrago se le acusa
de manejar las masas y de haber encabezado varias protestas contra los crímenes
y abusos del Ejército, lo cual no es ilegal.
De acuerdo a los montajes que han armado las autoridades
contra los campesinos, estos son requeridos por los falsos delitos de fabricación
de armas y municiones.
Las capturas masivas son una demencial estrategia del
régimen contra campesinos, estudiantes, sindicalistas y en general contra todos
los opositores políticos.
Tienen, entre otras, la finalidad de la venganza, la ruptura
social y familiar de las víctimas, encarcelar, y muchas veces asesinar, a los dirigentes sociales, el amedrentamiento y el terror entre la población para acallarla.