Conflicto social y armadoPor Camilo Raigozo
El Ejército Nacional de Colombia y el periodista francés Roméo
Langlois, infringieron de manera grave las normativas del Derecho Internacional
Humanitario, que prohíbe la inclusión de civiles en operativos militares.
Las Fuerzas Militares fueron irresponsables al ignorar
los tratados internacionales en esta materia y poner a civiles en alto riesgo
al instalarlos dentro de objetivos militares, en este caso de la guerrilla.
Langlois también es responsable por lo que le pueda
suceder al haber ignorado sus deberes como civil ajeno al conflicto o persona
protegida por DIH, con el agravante de que vestía prendas militares: al
menos chaleco y casco, según admitió su colega Simone Bruno a varios medios de
comunicación.
No es la primera vez que el Ejército colombiano infringe
de manera grave el DIH. En anteriores oportunidades ha utilizado los emblemas de la
Cruz Roja y de sanidad para realizar acciones militares, cometiendo el delito
de perfidia, el cual es un crimen de guerra.
Por su parte el gobierno francés culpa de manera
equivocada a las FARC y no a los verdaderos responsables, que son el gobierno
colombiano y sus fuerzas militares, quienes infringieron el DIH y pusieron en riesgo la vida y la integridad del civil.
Igualmente ha infringido el Pricipio de Distinción y ha inmiscuido a la población civil en el conflicto, entre otras infracciones.
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