sábado, marzo 05, 2011

Carta al Ministerio de Agricultura sobre "mico" de Unidades Agrícolas Familiares en el Plan Nacional de Desarrollo
Por Wilson Arias*

Diferentes organizaciones agrarias, campesinas, sociales, ambientales, rechazamos el contenido del Plan Nacional de Desarrollo que está actualmente en trámite en el Congreso de la República, en esta carta en particular estamos solicitando que se retiren los artículos 45, 46 y 47 del Proyecto de Ley del Plan que son los referentes al Capítulo de Agricultura.

Las organizaciones y/o personas interesadas en suscribir esta carta, por favor hacerlo antes del lunes 7 de marzo a las 12:00 am, a este correo, indicando su nombre (organización o personal), puesto que ese día se radicará en el Congreso en las Comisiones Terceras de Cámara de Representantes y Senado y demás entidades.

Gracias por la atención y difusión

Bogotá, 25 de febrero de 2011.

Doctor
JUAN CAMILO RESTREPO
Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural
Ciudad

Referencia: la equivocada propuesta de concentrar aún más la propiedad rural no debe tramitarse como un tipo de ‘mico’ en el Plan de Desarrollo.

Cordial saludo:

Por su conducto, los abajo firmantes le solicitamos al gobierno que preside Juan Manuel Santos retirar del Plan Nacional de Desarrollo los artículos 45, 46 y 47, por razones de fondo y de forma. De fondo porque significan un cambio enorme y negativo en la política de tierra rural del Estado colombiano.

Y de forma porque una modificación de ese calibre no debe tramitarse refundida entre los 170 artículos del Plan de Desarrollo sobre todo tipo de temas, sino como una ley especializada que haga tránsito sin premuras y con todas las garantías que debe tener un debate público, informado y democrático.

Dichos artículos buscan entregarles a los más acaudalados colombianos y extranjeros –latifundistas, banqueros, monopolistas, trasnacionales– entre seis y diez millones de hectáreas de tierras baldías que posee el Estado Colombiano en la Altillanura (Orinoquia), para que en ellas se monten negocios agropecuarios del orden de 40, 45 mil hectáreas.

También buscan estimular que las tierras ya otorgadas por el Estado –como baldíos o por reforma agraria– terminen bajo el control de grandes proyectos agropecuarios. Y esto se pretende modificando la Ley 160 de 1994, que define como política pública que los baldíos del Estado se distribuyan entre los obreros agrícolas y los minifundistas, en áreas acordes con la idea de estimular la distribución democrática de la propiedad en el campo, al igual que impide que estas parcelas y las de reforma agraria terminen adquiridas por los propietarios mayores.

Un cambio profundo calculado para concentrar aún más la propiedad rural en un país que tiene una de las mayores concentraciones de la tierra en el mundo (gini de 0.87), concentración que contribuye con otra cifra que también nos avergüenza a los colombianos: más de un tercio de los habitantes en las zonas rurales sobrevive en la indigencia.

Pero el propósito de esta carta, señor ministro, no es expresar nuestras discrepancias con el contenido general del Plan de Desarrollo y mucho menos convencer al gobierno de lo negativo que resulta concentrar todavía más –a escala de monopolio– la tierra rural en Colombia, pues resulta fácil entender que no coincidimos en el punto de vista.

Lo que cordialmente le solicitamos es que esta modificación no se proponga como un tipo de ‘mico’ en el Plan de Desarrollo, sino que se haga de cara al país, mediante un proyecto de ley especializado que facilite el debate democrático, para que, producto del debate en el Congreso y fuera de este, se estudie el tema y se decida.

Atentamente,
Wilson N. Arias C.
*Representante a la Cámara por el Polo Democrático Alternativo


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