miércoles, octubre 23, 2013

Terrorismo de Estado
Condenan al Ministerio de Defensa por asesinatos a sangre fría
Por Camilo Raigozo. Notimundo

El crimen fue perpetrado el 28 de octubre de 1993 en el municipio de Tello, Huila, cuando terroristas comandados por el teniente Carlos Eduardo Matiz Martínez, del Batallón Cacique Nutibara de la Novena Brigada del Ejército Nacional, asesinaron al joven campesino ítalo Adelmo Cubides Chacón, informó Alianza de Medios para la Paz.

Una vez cometido el homicidio los bandidos del régimen presentaron a la víctima como guerrillero “dado de baja en combate”.

Los terroristas estatales también ultimaron a otros tres muchachos, entre los que se encontraba el labriego Juan de la Cruz Núñez Calderón, trabajador de la finca Buenos Aires en la vereda Cadillo en cuyo vecindario ocurrió el hecho. Todos presentados como insurgentes muertos en combate.

Para el defensor de derechos humanos y abogado de las víctimas Luis Carlos Domínguez, lo relevante del fallo es que pone de presente cómo esa criminal práctica de asesinar civiles para dar partes de victoria es de antiquísima tradición en la fuerza pública, especialmente por el Ejército.

Según Domínguez Prada  el proceso duró 19 años con el agravante de la férrea oposición del Ministerio de Defensa, que en todas las instancias defendió a los criminales y siempre quiso cobijarlos con el manto de la impunidad.

La condena demuestra que las acciones criminales de miembros del Ejército son una vieja costumbre que se potencializó en el nefasto gobierno de Uribe Vélez.

El Consejo de Estado amonestó drásticamente al ministerio de la represión y la guerra contra el pueblo, que no de Defensa, con las consiguientes órdenes de carácter indemnizatorio, pedagógico y de garantías de no repetición.

El caso lo había tomado la justicia penal militar llevándolo hacia la impunidad, hasta que pasó a manos de la justicia ordinaria, lo que demuestra que la ampliación del fuero penal militar no es otra cosa que la garantía de impunidad para los crímenes que cometan militares y policías.

El Consejo de Estado resolvió,  a pesar del  archivo del proceso penal hace más de veinte años,  la compulsa de copias a la Fiscalía General de la Nación para que adelante investigación  de los crímenes que permita castigar a los homicidas.

Igualmente insta a la Fiscalía a evaluar la forma como se hizo la investigación en la justicia militar, para considerar el procesamiento de sus agentes por delito relacionado con la administración de justicia.

El Ministerio de Defensa deberá publicar la sentencia en un diario de amplia circulación nacional y uno regional del departamento del Huila, con inclusión de una certificación expresa de que Ítalo Adelmo Chacón no murió en combate con tropas del Ejército.

También se deberá publicar la integridad de la sentencia de 88 páginas en lugar visible al público de la sede del Ministerio de Defensa, y divulgarse en todos los batallones y brigadas del ejército nacional.

El autor de los crímenes de los jóvenes Cubides Chacón y Juan de la Cruz Núñez, fue el en entonces teniente Carlos Eduardo Matiz Ramírez, quien llegó al grado de teniente coronel y fue comandante del terrorífico Batallón de Inteligencia y Contrainteligencia Charry Solano, reconocido como el centro piloto de torturas del Ejército.

El criminal Matiz Ramírez goza de buen retiro, de su pensión militar y devenga como vicerrector de capacitación de la Defensa Civil Colombiana, ente que paradójicamente exhibe el eslogan de: “La institución humanitaria más grande del país”.

El abogado Domínguez Prada se constituirá en parte Civil en representación de los familiares de las víctimas, para hacer que el bandido del Ejército, Matiz Ramírez, pague por sus crímenes como lo ordenó el Consejo de Estado.

Próximamente la Corte Constitucional definirá la suerte de la ley que amplía el fuero penal militar y por ende también decidirá si esta corte se convierte en cómplice de los crímenes del Ejército y la Policía.



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