Ocaña, Norte de Santander
La represión dio un día de tregua a los campesinos del
Catatumbo
Por Camilo Raigozo. Notimundo
Ayer no se presentaron choques entre las comunidades
campesinas y los agentes represores del régimen en la zona de Ocaña, donde han
sido asesinados por la Fuerza Pública cuatro labriegos.
“Gracias a Dios hoy ha estado tranquilo”, le comentó un
taxista al reportero de este medio cuando lo transportaba hasta el sitio
conocido como La Y, el cual ha sido epicentro de los abusos de la autoridad.
La misma satisfacción expresaron los comerciantes y los
lugareños, quienes hicieron votos para que el Gobierno “por fin se siente a
dialogar con los campesinos y venga la tranquilidad a estas tierras”, coincidieron
algunos.
Mientras tanto en el corregimiento de Aguas Claras donde
se encuentran al menos siete mil campesinos concentrados, el ambiente era de
tristeza e indignación pues esperaban la llegada de los cuerpos de los dos
labriegos asesinados el día anterior.
Según el dirigente Olger Pérez, querían rendirle un
homenaje a sus muertos con una marcha pacífica por las calles de Ocaña, pero
los mandos de la Fuerza Pública no la toleraron.
En declaraciones a la prensa el martes pasado luego de la
reunión que sostuvieron los voceros de las comunidades con representantes del
gobierno, el dirigente Juan Carlos Quintero le dijo a los medios que las
protestas continuarán hasta que se llegue a un acuerdo con el gobierno.
Por su parte el delegado del Gobierno Luis Eduardo Garzón
expresó que en la reunió con líderes de la región les prometió que no se
levantará de la mesa por ningún motivo. Igualmente convocó a los ministros para
que vengan a trabajar al Catatumbo.
Así pues, la prolongación de la tranquilidad, anhelada
por unos y otros, depende de la seriedad que tenga el gobierno para cumplirles
a las comunidades, quienes no están dispuestas a tolerar más engaños y desaires
frente a la solución de la compleja problemática que padece la región del
Catatumbo.
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