lunes, junio 24, 2013

Ocaña, Norte de Santander
Con dolor y rabia las comunidades recibieron los cuerpos de los dos campesinos asesinados por el Ejército
Por: Camilo Raigozo. Notimundo

Miles de campesinos provenientes de varios municipios de la región del Catatumbo en Norte de Santander, quienes se encuentran en el corregimiento de Aguas Claras, municipio de Ocaña, recibieron con profundo dolor y rabia los cuerpos de Yonel Jácome Ortiz y Edwin Franco Jaime, asesinados por el Ejército.

Los labriegos decidieron movilizarse masivamente en protesta por la grave crisis humanitaria que padece la región del Catatumbo debido al abandono del Estado en inversión social, a la erradicación no concertada de cultivos ilícitos y a la negativa del régimen de establecer una zona de reserva campesina, entre otras causas.

Los crímenes de los dos campesinos a manos del Ejército ocurrieron el pasado sábado cuando los uniformados abrieron fuego indiscriminado de fusilería contra la masa de trabajadores agrarios que protestaba en el sitio conocido como El Aeropuerto.

En el demencial ataque también quedaron gravemente heridos Dioselides Franco Galvis, de 33 años de edad; Hugo González, de 25; Germán Peñaranda Contreras, de 26; Yimer Antonio Jaimes, 21; Blaid Antonio Rodríguez, de 34; Jaime Pineda Portillo,  de 20; Wilmar Peña Acosta, de 23;  Wilson Ricardo León de 25 años; Wuiber Alexander Ricardo Rodríguez; Leidy Fabiola Remolina y un niño de 14 meses de nacido por inhalación de gases lacrimógenos.

Un día antes el presidente Santos les colgó la lápida a estos campesinos, y posiblemente a otros más, al señalar irresponsablemente a las movilizaciones campesinas del Catatumbo, como infiltradas por la guerrilla.

Acusaciones igualmente irracionales han proferido el general José Roberto León Riaño, director de la Policía, quién acusa las protestas
campesinas de estar infiltradas por la guerrilla, pero paradójicamente gurda silencio de la infiltración paramilitar en la institución que dirige, como en el caso del narcoterrorista Mauricio Santoyo, general de la Policía.

Igual sucede con el general Marco Lino Tamayo, comandante de la Fuerza de Tarea Vulcano del Ejército, quién nunca denunció la infiltración de esa institución por la estrategia paramilitar que tanto dolor le sigue causando al país.

La llegada de los dos cuerpos sin vida provocó momentos de intenso dolor por parte de los campesinos, principalmente de las familias de las víctimas del terrorismo de Estado.

“El único responsable de las muertes de nuestros compañeros es el presidente Santos, quién nos estigmatizó y ordeno al Ejército y a la Policía acabar con nuestras justas reclamaciones a sangre y fuego”, le dijo a Notimundo el líder  agrario Pablo Tellez.

Haciendo referencia a la reunión que mantuvo el presidente Santos con representantes de la gobernación de N. Santander y algunos alcaldes locales, Tellez dijo que “los diálogos deben ser con los campesinos directamente en el municipio de Tibú”.

Por su parte Jhony Abril, otro líder campesino del Catatumbo, aseveró que “más campesinos se están movilizando de diferentes municipios para unirse a la protesta, la cual se extenderá hasta que el gobierno nos escuche y se siente a dialogar con nosotros”.

Abril también agradeció los gestos de solidaridad que el movimiento campesino ha recibido de parte de la comunidad nacional e internacional.

Igualmente solicitó con urgencia ropa para los campesinos, ya que la fuerza pública ha destrozado e incinerado gran cantidad de vestuario de los labriegos. “Otras cosas que necesitamos con urgencia son medicinas, alimentos no perecederos, artículos de aseo y sobre todo mucho apoyo moral”.


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