La guerra sigue aportando su cuota diaria de sangre: Mueren dos soldados y otros cuatro quedaron heridos
Por Camilo Raigozo
Por Camilo Raigozo
Ayer perdieron la vida dos soldados y otros cuatro
quedaron heridos en acciones del conflicto social y armado impuesto por la
clase dominante al pueblo colombiano desde hace medio siglo.
Según un comunicado de las Fuerzas Militares los
fallecidos y heridos pertenecían a la Fuerza de Tarea Pegaso.
Los hechos ocurrieron el pasado 2 de noviembre en el
caserío Sumbiambí, municipio de Samaniego, Nariño, cuando los militares
entraron en un campo minado instalado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo, FARC-EP.
Un día antes el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón
dijo sin esconder su júbilo que, “5 terroristas fueron abatidos en Arauca,
Nariño y el sur de Bolívar”.
Es la cuota diaria de dolor y luto que deja la demencial
guerra impuesta al pueblo colombiano por las clases dominantes nacionales y
extranjeras.
En los diálogos que adelantan el régimen y las FARC-EP,
en la Habana, tras su instalación en Oslo, Noruega, la insurgencia ha insistido
en el cese bilateral del fuego para “parar los muertos”, a lo que el Gobierno,
con arrogancia, se niega.